Cuando quieres comprar una vivienda, hay un principio que nunca falla: la ubicación lo es todo. Por lo más bonita que sea la casa, por lo más bonita que la hayas reformado o decorado cada rincón con el mejor gusto, pero la ubicación no la puedes cambiar. Por eso, es un factor de mucho peso a la hora de valorar una vivienda.
La ubicación de una vivienda puede aumentar considerablemente el precio de aquella, incluso si no es la casa más grande o más moderna. Por el contrario, si una propiedad está bien equipada pero mal situada puede ver limitado su valor de venta o su atractivo para potenciales inquilinos.
¿Qué tener en cuenta para la ubicación de una propiedad?
Cuando buscas una vivienda —para vivir o para inversión— es muy importante que analices el entorno en el que se encuentra. La ubicación de la vivienda puede influir en el precio actual que tenga pero también en su potencial de valoración en el futuro.
También asegurarse que tenga accesos a servicios básicos, es importante tener en cuenta que tenga: zonas con proyectos de infraestructura, crecimiento comercial o mejoras en el transporte suelen experimentar un alza sostenida en el valor de las propiedades.
Los diferentes factores claves al escoger la ubicación de una vivienda
- Que sea accesible y que tenga transporte: que la vivienda tenga cercanía a estaciones de metro, paradas de autobús o vías principales facilita mucho la movilidad diaria y además, hace más atractiva la zona.
- Que tenga servicios y comercios cerca: Supermercados, farmacias, centros médicos, bancos y tiendas de conveniencia aportan comodidad y valor a la propiedad.
- Que tenga algún centro educativo cerca: La cercanía a escuelas y universidades es un punto a favor, especialmente para familias con hijos.
- Seguridad: Zonas con bajos índices delictivos son naturalmente más buscadas y cotizadas.
- Entorno y calidad de vida: Parques, áreas verdes, oferta cultural y tranquilidad en el vecindario pueden marcar la diferencia en la decisión de compra.
En definitiva, elegir una buena ubicación no solo garantiza una mejor calidad de vida, sino también una inversión más sólida y rentable en el tiempo.